Pink Floyd: Los secretos de The Wall

Pink Floyd: Los secretos de The Wall

Cuatro décadas después

Aires de Ópera Rock

Corría el 30 de Noviembre de 1979 cuando Pink Floyd lanzó su undécimo disco, The Wall. Un álbum doble conceptual con aires de ópera rock que se convertiría en uno de sus mayores éxitos. Ahora, cuatro décadas después, te contamos todo lo que rodeó al disco y su concepción. Twitea éste post compártelo en Facebook

«Roger Waters tenía preparados dos proyectos. Su idea era hacer uno con Pink Floyd y el otro abordarlo en solitario fuera del grupo»

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Roger Waters tenía dos proyectos preparados

Roger Waters tenía bastante trabajo preparado en aquella época y todo, ordenado en dos proyectos diferentes. El caso es que tenía la idea de acometer uno de ellos con Pink Floyd y, el otro, abordarlo en solitario fuera del grupo. 

Cabe recordar que los otros tres miembros de Pink Floyd, ya habían hecho sus pinitos al margen de la banda. Ya fuera con álbumes en solitario, como David Gilmour con su trabajo llamado simplemente David Gilmour (1978) o Richard Wright con su disco Wet Dream (1978); como también produciendo a otros, como Nick Mason con Steve Hillage .

Por lo que Waters, que fue el único que no había desviado su atención de Pink Floyd, estaba más que autorizado moralmente a acometer esa aventura.

Imagen de Roger Waters durante uno de los conciertos de The Wall en Londres (1980)

De Bricks a The Wall

Así que reunió a la banda y les mostró los dos proyectos que tenía, para que eligieran cuál querían hacer.

Por un lado, uno llamado Bricks formado por unas demos que serían la base de The Wall. Y por otro, unas canciones que más de una década después se convertirían en The Pros and Cons of Hitch Hiking (1984). Disco que Waters publicó fuera de Pink Floyd con varias colaboraciones importantes como Eric Clapton, el actor Jack Palance o Michale Kamen. Este último fue también quien se encargó de los arreglos orquestales de The Wall.

La elección final, como todos ya sabemos, fue hacer con Pink Floyd el proyecto Bricks, que finalmente se llamaría The Wall. Y esa elección, además de suponer una obra maestra para la posteridad a mayor gloria de la banda y su creador, también supuso el principio del fin de la propia banda. 

Escena animada de la película Pink Floyd The Wall

Un álbum conceptual

The Wall está ideado como un álbum conceptual y todas las canciones giran en torno a una misma temática o están relacionadas entre sí. Este tipo de trabajo se popularizó en los sesenta con algunos míticos trabajos, como los Beach Boys y su Pet Sounds (1966) The Beatles con el Sgt. Peppers (1967) o el meddley de Abbey Road (1969) o The Who con su ópera rock Tommy (1969).

Ya en los setenta encontramos otros brillantes trabajos que asentarían la corriente conceptual. En concreto, hubo un año bastante intenso para la causa. Y es que fue en 1973 cuando Pink Floyd lanzó The Dark Side of the Moon, Mike Oldfield publicó Tubullar Bells y The Who presentó en sociedad su Quadrophenia.

Escena de la película Pink Floyd The Wall

La historia de The Wall

Roger Waters estaba agotado por el acoso de los fans y empezó a pensar en todo ello. La gota que colmó el vaso fue cuando, durante la gira de Animals, terminó escupiendo a un fan que había estado metiéndose con el grupo durante un concierto en Montreal. A partir de ese momento, empezó a darle vueltas a la idea de construir un muro que les separase del público y les protegiera. Twitea éste post compártelo en Facebook

Basándose en eso, creó un personaje que sirve de hilo conductor de toda la historia. Hablamos de Pink, una ficticia estrella del rock rodeada de miedos y debilidades, que aparentemente es un alter ego de Roger Waters. Un protagonista que refleja a un antihéroe trastornado mental y socialmente por algunos de los traumas que ha ido padeciendo.

Y es que Pink está fuertemente basado en el propio Waters y en todas sus experiencias vitales. Desde la muerte de su padre en combate durante la II Guerra Mundial, hasta su permanente y excesiva exposición ante el público como una estrella mundial de la música. Entre medias, otras muchas situaciones que han marcado toda su vida, han ido dando forma al personaje. Como por ejemplo, vivir bajo el paraguas de una madre excesivamente protectora y avasallante, su etapa como escolar bajo una estricta disciplina británica, varios fracasos sentimentales o el consumo de algunas drogas.

Todos estos aspectos le rodean y oprimen, conformando como si de ladrillos se tratase, un muro que le protege del exterior. Pero también, ese mismo muro termina por aislarle del resto del mundo y le encierra en una espiral autodestructiva

Vara con la que era castigado en el colegio Roger Waters (Pink Floyd-The Exhibition Madrid)

La influencia de La Guerra Fría

Era una época tensa en la que las dos grandes potencias mundiales, Estados Unidos y la Unión Soviética, sacaban pecho y alardeaban de su potencial armamentístico nuclear. El peligro de la destrucción total del planeta estaba latente y condicionaba el orden político mundial. Con ese escenario de fondo, el clima social y económico no pasaba por sus mejores momentos, y eso se trasladaba a muchas otras facetas como la música.

Indudablemente, todo esto influyó en la concepción de esta obra maestra que es The Wall. Escuchándolo, aún hoy en día, podemos percibir el reflejo de aquel clima tenso y de una peligrosidad que flotaba en el ambiente. La llamada Guerra Fría mantenía muy calientes y tensionadas las relaciones entre los dos bloques (U.S.A.-U.R.S.S.).  

Icónica escena de los martillos en la película Pink Floyd The Wall

Discos y Cassettes

Aunque, como alguno de los aspectos positivos de esa época, cabe recordar que por aquel entonces, un grupo de Rock podía sacar un disco y que este se convirtiera en un éxito mundial con repercusión en grandes medios nacionales y todo.

Y, por darle otro toque nostálgico, recordamos con una lagrimita asomando a nuestros pestañas, que los discos eran cosas que tocabas, veías e incluso leías. Cosas físicas, redondas, negras y con surquitos esperando que una aguja recorriera su cuerpo en espiral de principio a fin… sin saltos facilones de botón táctil o mecánico. Estas cosas llamadas discos (vinilos para los más técnicos), se guardaban en unas carpetas de palmo y medio con increíbles diseños realizados por algunos de los más prestigiosos artistas de la época. En muchas ocasiones, se trataban de auténticas obras de arte que bien podrían estar en un museo.

También había una opción ‘de bolsillo’ llamada cassette que, con un tamaño similar a un móvil pequeño, contenía todo lo anterior en un diseño más compacto y portátil. Pero bajo su carcasa plástica escondía decenas de metros de cinta magnética donde se habían adherido algunos de nuestro sueños.

«Era una época tensa en la que las dos grandes potencias mundiales sacaban pecho y alardeaban de su potencial armamentístico nuclear»

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Grabado en Inglaterra, Francia y Los Ángeles

La grabación de The Wall se inició en el mes de Abril de 1979 y concluyó con las últimas mezclas a primeros de Noviembre. Todo el proceso se llevó a cabo entre Inglaterra, el sur de Francia y Los Ángeles.

La producción corrió a cargo del canadiense Bob Ezrin, quien fue elegido de forma unilateral por parte de Waters. Ezrin venía de trabajar con Alice Cooper, Kiss (Destroyer), Peter Gabriel (Peter Gabriel I) o Lou Reed (Berlín), y se había hecho con un nombre destacado dentro de la escena del Rock mundial. El caso, es que a la vista del resultado, no parece que fuera mala elección. 

Ezrin dio forma al proyecto que le presento Waters, escribiéndolo como si se tratara de un guión.

Escena de la película Pink Floyd The Wall representando a su madre

Decimosegundo disco más vendido de la historia

Así, en cualquiera de estos formatos, en los futuros Cd’s y en los posteriores formatos digitales, The Wall se vendió como auténticas rosquillas. Hasta la fecha, lleva acumuladas unas ventas de más de 33 millones de copias, alcanzando el puesto decimosegundo de la lista de los discos más vendidos de la historia. Twitea éste post compártelo en Facebook

Aunque Pink Floyd tiene otro trabajo posicionado por encima de este, ni más ni menos que en la segunda posición histórica del ranking de ventas. Y no es otro que The Dark Side of the Moon que, con unas ventas acumuladas de 50 millones de copias, está sólo por detrás de Thriller de Michael Jackson. Esto convierte a la banda británica en la poseedora del álbum de Rock más vendido de la historia.

También es el segundo álbum doble de la banda de Cambridge, después de Ummagumma (1969). Y es ahí, hablando de discos dobles, donde The Wall sí que encabeza la lista de los más vendidos

«El ‘espectáculo’ de los niños negros cantando eso de «no necesitamos educación/ no necesitamos control de pensamiento», era absolutamente inadmisible para el régimen del apartheid»

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La censura a The Wall

Otro aspecto que marcó a The Wall, fue la censura. Las tijeras de muchos gobiernos pasaron por la lupa algunos de los fragmentos y letras del disco. En especial, la archifamosa ‘Another Brick in the Wall (Part II)’ y su sátira metafórica hacia la férrea educación británica hizo estragos en muchos países.

Uno de los ejemplos más destacados se vivió en Sudáfrica, donde los escolares negros adoptaron la canción como un himno por los derechos humanos. El gobierno terminó prohibiendo la canción. Y es que el ‘espectáculo’ de los niños negros cantando eso de «We don’t need no education/ We don’t need no though control» (no necesitamos educación/ no necesitamos control de pensamiento), era absolutamente inadmisible para el régimen del apartheid.

Escena animada de la película Pink Floyd The Wall

El mensaje oculto de The Wall

Animados por la moda de los mensajes ocultos en las canciones que popularizaron The Beatles, Pink Floyd también quisieron ‘jugar’ con sus fans. 

En la canción ‘Empty Spaces’, sobre el minuto 1:13 y antes de que empiece a cantar Roger Waters, se escucha una voz que aparenta estar hablando en un idioma desconocido. El caso es que, efectivamente se trata de una voz pero puesta al revés, de ahí su ininteligible mensaje. 

Si ponemos la canción al revés, escucharemos lo siguiente: 

-Hello, luka (looker/hunters)… Congratulations! You have just discovered the secret message. Please send your answer to Old Pink, care of the Funny Farm, Chalfont…

-Roger! Carolyne’s on the phone!

-Okay.

Que viene a ser algo como: 

Hola, espectador (cazadores)… ¡Felicidades! Acabas de descubrir el mensaje secreto. Por favor envía tu respuesta a Old Pink, al cuidado de Funny Farm (Granja Divertida), Chalfont.

-Roger! Carolina está al teléfono! (probablemente se refiera a la que por aquel entonces era la esposa de Roger Waters, Lady Carolyne Christie)

-OK

Al parecer, puede referirse a Syd Barret (Old Pink) recluido en un hospital mental en Chalfont (Funny Farm). Pero cuando parece que va a dar más datos, una voz interrumpe avisando que Carolina está al teléfono.

Mas allá de su significado real, simplemente se trata de ofrecer un toque enigmático a modo de juego, a los fans y buscadores de pistas ocultas (cazadores), algo tan de moda en aquella época. 

Empty Spaces: The Backwards Secret Message (video subido por Jackson Stanley)

Otras curiosidades de The Wall

El famoso símbolo de los martillos empleado en la película, tiene claras referencias al Partido Nacional Socialista de Hitler. La estética de su líder con su abrigo de cuero negro, los brazaletes con el símbolo, los colores rojo y negro… Todo ello, simboliza de alguna manera el auge del partido nazi en la Europa previa a la II Guerra Mundial. 

Pues bien, en 1987 se creó en Dallas (Texas) una asociación de ideología neonazi llamado Hammerskins. El grupo, de estética skinhead, adoptó el símbolo de los dos martillos cruzados e incluso su nombre, también tiene su origen en los martillos (hammer).

Otra historia fue la de los niños que cantaron en la famosa ‘Another Brick in the Wall (part II)’. El coro estaba formado por 23 niños de entre 12 y 14 años. Todos ellos eran estudiantes de la escuela Islington Green que se encontraba en las cercanías del estudio que tenía el grupo en Islington, llamado Britannia Row. El coro estaba dirigido por el profesor de música de la escuela Alun Renshaw.

Al parecer, la escuela recibió la cantidad de 1.000 libras a cambio de ‘prestar’ el coro para la grabación. Pero ninguno de los niños recibió compensación alguna ni fueron acreditados en el disco. Debido a cambios en la legislación británica respecto a los derechos de autor, al parecer es posible que los niños acaben percibiendo alguna cantidad económica en concepto de regalías por las ventas del álbum.

Imagen de la película Pink Floyd The Wall 

Una gira no tan exitosa

El diseño de producción de la gira y la escenografía corrió a cargo de Mark Fisher. En el impresionante escenario se mezclaban, proyección de imágenes, fuegos artificiales y gigantescos muñecos que representaban algunos de los protagonistas, como por ejemplo el estricto maestro. También se recreaba un muro construido con 340 bloques de cartón piedra. Twitea éste post compártelo en Facebook

Como uno de los momentos más impactantes, un caza de combate sobrevolaba las cabezas del público durante el show. Esto era en recuerdo del padre de Roger Waters que fue piloto de la R.A.F. (Royal Air Force) y falleció en pleno combate en la famosa batalla de Anzio durante la II Guerra Mundial.

Para valorar la complejidad de todo aquello, es importante que hagamos un ejercicio de imaginación y nos traslademos a 1980. En esos años había que hacer todo de una manera mucho mas artesanal, pues los medios técnicos, evidentemente no eran los de hoy en día. Por lo que las exigencias de la presentación ideada por Fisher y Waters, superaban con creces las capacidades logísticas y medios tecnológicos disponibles.

Debido a la elaboradísima y costosa producción, con varios días de montaje y desmontaje, finalmente la gira se concentró en cuatro ciudades. Dos de ellas en Estados Unidos (Nueva York y Los Angeles), una en Alemania (Dortmund) y una en Inglaterra (Londres). Así, repartidos entre estas cuatro ciudades, Pink Floyd llegó a dar 29 conciertos.

Todo esto, provocó que la gira de presentación de The Wall fuera económicamente un desastre. Aunque imaginamos que, quien tuviera la suerte de asistir a uno de esos conciertos, no lo habrá olvidado jamás.

Imagen del diseño de producción de la gira de The Wall en 1980 (Pink Floyd-The Exhibition Madrid)

El disco que rompió Pink Floyd

Y es que The Wall fue el disco que terminó de romper las relaciones dentro de la banda. Waters, ante las escasas ideas creativas aportadas en esos momento por Gilmour, Wright y Mason, decidió tomar las riendas compositivas e instauró una dictadura creativa dentro del grupo.

La realidad es que The Wall es un trabajo 100% de Roger waters. Para hacernos una idea de esto, sólo recordar que las 26 canciones que componen The Wall, están firmadas por él, y tan solo en cuatro de ellas, aparece como co-autor algún otro músico. En tres de ellas, ese músico es David Gilmour, quien arrima el hombro compositivo para terminar de dar forma a ‘Young Lust’, ‘Run Like Hell’ y la memorable e icónica ‘Comfortably Numb’. Mientras que el productor Bob Ezrin, echó una mano en ‘The Trial’.  

Con esta realidad en una mano y la supuesta inacción compositiva de los otros tres en la otra, Waters se erigió como ‘jefe absoluto’ de todo. Eran sus canciones, su idea, su historia y su concepción de obra, por lo que impuso su criterio sobre el de todos los demás. Y claro, esto no termino de sentar demasiado bien al resto.

«Waters se erigió como ‘jefe absoluto’ de todo, imponiendo su criterio sobre el de todos los demás. Y claro, esto no termino de sentar demasiado bien al resto»

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Roger Waters se transformó en Pink

Por momentos, Waters se transformaba en Pink, el protagonista de su obra, actuando de forma agresiva y autoritaria frente al resto. Con Richard Wright tuvo varias diferencias que llegaron a ser insalvables y Waters ejerció su poder sobre Gilmour y Mason para conseguir finalmente la salida del grupo del teclista. Tiempo después, Wright fue contratado como músico asalariado y varios años más tarde, ya sin Waters en Pink Floyd, volvió a pertenecer a la banda como miembro oficial

The Wall tuvo una enorme repercusión y el público lo recibió con entusiasmo, convirtiendo la obra en un objeto de culto desde el primer momento. Todos los ladrillos de ese muro, representando traumas y paranoias, reflejan algunos de los agujeros negros que amedrantan ser humano desde el principio de los tiempos.

Imagen de Pink (Bob Geldof) frente al TV en la película Pink Floyd The Wall

Pink Floyd The Wall: La Película

 No podíamos terminar este artículo sin mencionar la película Pink Floyd The Wall. En 1982 Alan Parker ya había firmado, entre otras, una película de culto como ‘El Expreso de Medianoche’ (1978) y la que fue su primera incursión musical, ‘Fama’ (1980). Después de The Wall, también realizó alguna otra incursión en el género con ‘The Commitments’ (1991) y ‘Evita’ (1996). Y también firmó alguna que otra obra maestra como ‘El Corazón del Ángel’ (1987) o ‘Mississippi Burning’ (1988). Twitea éste post compártelo en Facebook

Con un guión escrito por el propio Roger Waters, la película se centra en el auto-destructivo Pink, el alter ego de Waters. La ficticia estrella del Rock es encarnada por el músico Bob Geldof (The Boomtown Rats), quien tres años más tarde organizaría uno de los conciertos más importantes y recordados de la historia, el Live Aid.

Es curioso que Bob Geldof y su grupo enmarcado dentro de la New Wave con ciertos orígenes en el Punk, terminara interpretando el personaje principal de una de las obras cumbres de Pink Floyd. De alguna manera, digamos que Pink Floyd y su Rock Progresivo, representaba todo lo que The Boomtown Rats odiaban.

Imagen de Pink (interpretado por Bob Geldof) en la película Pink Floyd The Wall

Una fantasía surrealista

La cinta es una fantasía surrealista sobre la vida de una estrella del rock rodeada de traumas. Está plagada de metáforas que giran en torno a la política, la sociedad, la educación, la soledad, la falta de comunicación, la familia, el sexo, la violencia y los trastornos psicológicos. La trama va avanzando con escasos diálogos, pero con una fuerza descomunal basada en la música de Pink Floyd y en potentísimas e impactantes imágenes.

Una parte muy destacada del film, son sus escenas animadas cargadas de simbolismo. Estas fueron realizadas por el ilustrador Gerald Scarfe y el propio Roger Waters.

Un dato que describe las insoportables tensiones que se vivieron durante el rodaje, es que Scarfe reconoció que asistía cada día de rodaje con una botella de Jack Daniel’s para soportar el ambiente entre Waters, Gilmour y Alan Parker.

Escena animada de la película Pink Floyd The Wall

Un buen recibimiento por parte de crítica y público

A pesar de su agitada y caótica producción, y del descontento generalizado de sus creadores, la película obtuvo un muy buen rendimiento en taquilla. Desde su estreno en Agosto de 1982 hasta final de año, recaudó más de 22 millones de dólares. Lo que la posicionó en el puesto número 3 de las listas, sólo por detrás de ‘E.T. El Extraterrestre’ y ‘Oficial y Caballero’.

También obtuvo una más que aceptable recepción por parte de la crítica. Varios medios especializados hablaron muy positivamente de ella, como por ejemplo el reconocido crítico americano Roger Ebert quien la calificó como «una maravillosa visión de la autodestrucción». El propio Ebert sentenció: «Uno de los musicales más terroríficos de la historia. La música es fuerte y real, las imágenes son como martillos, y por primera vez, la estrella de rock and roll no es sólo un narcisista mimado, sino una imagen real y sufriente de toda la desesperación de esta era nuclear. Es realmente una buena película«.

«La película recaudó más de 22 millones de dólares, sólo por detrás de ‘E.T. El Extraterrestre’ y ‘Oficial y Caballero'»

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Una obra maestra del Rock

En definitiva, estamos ante una obra maestra del Rock… de la música en general. Un trabajo ideado desde el individualismo e incluso con altos contenidos de egoísmo. Pero quién sabe… tal vez si no hubiera sido así, si Roger Waters no hubiera impuesto su criterio, nunca se habría concebido tal y como lo conocemos.

Y es que si tomamos como guía esa manida y discutible frase de «el fin justifica los medios», no cabe duda que escuchando The Wall, podemos (debemos) perdonar cualquier cosa que haya sucedido a lo largo de su concepción. Porque amigos, alguien que ha creado una obra así no podía estar demasiado equivocado

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Willyrock