Elliott Smith: Entre Elliott Smith y Heatmiser (parte 2)
De la mano de la discográfica Kill Rock Stars
En 1995 lanzó el segundo disco de su discografía
En la primavera de 1995, Elliott Smith firmó su primer contrato discográfico. Fue con Kill Rock Stars, un pequeño sello independiente con base operativa en Olympia, Washington. Smith recibió la oferta después de la gira de dos semanas que hizo junto a Slim Moon, artista dueño del sello. Moon ofreció a Elliott un contrato por dos discos asegurándole absoluta libertad creativa. Twitea éste post o compártelo en Facebook
Elliott, que aún permanecía en su grupo Heatmiser, seguía teniendo su carrera en solitario como una vía de escape, como la forma de expresar su inquietudes musicales fuera del ruidoso ambiente de su grupo. De ahí que su siguiente trabajo, el primero para Kill Rock Stars, sea de un estilo y factura muy similar a su álbum de debut. Austeridad y honestidad.
Elliott Smith: Biografía y discografía | El susurro del rock (parte 1)
De nuevo sonido acústico y lo-fi
Smith grabó el que sería su segundo trabajo entre enero y febrero de 1995, en casa de unos amigos. Sólo dos canciones (‘Needle In The Hay’ y ‘Alphabet Town’) pertenecen a sesiones previas, concretamente de septiembre de 1994. De nuevo vuelve a apostar por un sonido lo-fi y absolutamente acústico, aunque se aprecia mucho mayor aprecio por el detalle.
A diferencia de lo que ocurrió con ‘Roman Candle’, este álbum está concebido para editarse como tal, y no como una demo casera. Con todo, los medios técnicos no fueron muy diferentes en lo esencial. Una vez más Elliott opta, como el auténtico Juan Palomo que siempre fue, por componer, tocar y cantar todo lo que aparece en el disco. Sólo su compañero de Heatmiser, Neil Gust, toca un arreglo de guitarra eléctrica en ‘Single File’ y su amiga Rebecca Gates, vocalista de The Spinanes, participa en los coros en la maravillosa ‘St. Ides Heaven’.
En las letras del álbum, hay varias y repetidas alusiones a las drogas y a las dependencias generadas por las mismas. Smith ya era por entonces un consumidor habitual, pero fue el primero en aclarar que “no, no era un disco sobre drogas, pero las usé como vehículo para hablar de la dependencia y de la falta de auto suficiencia. Podría haber utilizado el amor como vehículo para hablar de lo mismo, pero no me apetecía hacerlo así. Tenía claro lo que quería hacer y lo hice, sin importarme demasiado qué iban a pensar los demás…, pero al final la gente interpretó las letras de forma muy superficial, sólo querían saber por qué hablaba tanto de la heroína”.

Elliott Smith
«Elliott aún permanecía en Heatmiser y su carrera en solitario era como una vía de escape… la forma de expresar su inquietudes musicales fuera del ruidoso ambiente del grupo»
Haciendo cola ante su camello habitual
El disco arranca con la brillante y turbadora ‘Needle in The Hay’ en la que, a través de una inspirada melodía, Elliott apenas susurra versos tan bellos como duros (“No puedo superarme y no quiero hablar, estoy tomando la ‘cura’ para poder estar tranquilo en el momento que quiera. Así que déjame en paz”). Unos textos que ciertamente desasosiegan, de la misma forma que su bellísima melodía invita a oírla de nuevo. Fantástica. Twitea éste post o compártelo en Facebook
‘Christian Brothers’ es menos visceral en lo musical pero igualmente dura en lo lírico. Elliott dedica una de nuevo melancólica melodía a su marca preferida de coñac (“Los malos sueños no van a darme órdenes, Christian Brothers los espantará…, pero no puede ayudarme a olvidarte (…) Las pesadillas se han convertido en mí, está jodidamente claro”). En este corte, además, el de Omaha empieza a dar muestra de su buen hacer a las baquetas.
El excelente nivel inicial se mantiene, si es que no se eleva, con la preciosa ‘Clementine’, de sonoridades de nuevo muy Beatles-White Album, y ‘Southern Belle’. Ambas fantásticas y perfectas como preludio al bofetón emocional que supone ‘Single File’ (“Aquí haciendo cola donde la mierda estúpida colisiona con moribundas estrellas fugaces, todo lo que tenemos que mostrar es el mismo tipo de cicatriz. Al observarte, todo lo que veo es que estás esperando algo. Fila india, eres una carretera criminal. Niño idiota, tu brazo tiene una muerte dentro”), que nos presenta a un desesperado Elliott haciendo fila ante la puerta de su camello habitual.
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Elliott aparece ante nosotros desnudo
‘Coming Up Roses’ mantiene la línea de intensidad melódica y lírica de su antecesora. No deja de sorprender el dramatismo que Smith consigue con tan precaria instrumentación en esta canción con la que, además, protagonizó su primer videoclip (puedes verlo más abajo). Una vez más, la letra es simplemente demoledora (“Soy un vertedero lleno de falsos comienzos y no necesito tu permiso para sepultar mi amor bajo esta bombilla desnuda”).
‘Satellite’ y ‘Alphabet Town’ son otros dos bellos ejercicios de minimalismo acústico que nos preparan para otro de los puntos álgidos del álbum: ‘St. Ides Heaven’. Elliott utiliza el nombre de una marca de cerveza de malta (St.Ides), para escribir una canción simplemente maravillosa en lo musical -con los Beatles de nuevo ejerciendo de pertinentes musas- y con una letra que desarma a cualquiera (“He estado rondando por el vecindario y todos pueden ver que no soy bueno cuando camino entre coches aparcados, con mi cabeza llena de estrellas. Hasta arriba de anfetaminas, la luna es una bombilla quebrándose que andará por ahí con alguien, pero no volverá de viajar por nadie. Crees que conoces lo que me arruina, que quiero esas cosas que nunca podrías permitir. Me ves sonreír, crees que es el ceño fruncido en un rostro invertido”). A estas alturas del disco, Elliott ya aparece ante nosotros desnudo, compartiendo su amargura y su extraordinaria sensibilidad con una belleza pasmosa.
Elliott Smith – Coming Up Roses (from Elliott Smith) © Kill Rock Stars
No es un disco fácil ni inmediato
‘Good To Go’ es otra preciosidad melódica con Elliott y sus varias grabaciones de voces como únicos compañeros, al igual que ocurre con la tremebunda ‘The White Lady Loves You More’, otra de las mejores canciones del álbum.
Tras tanta intensidad, Elliott relaja el ambiente con la dulce y preciosa melodía de ‘The Biggest Lie’, una canción absolutamente enorme que sirve para despedir un muy buen álbum que, en muchos sentidos, es el de debut de Smith (no olvidemos que ‘Roman Candle’ es una colección de maquetas y que nunca fue concebido como álbum). La crítica recibió bien el disco, apreciando su sensibilidad y sus “brillantes progresiones de acordes“. No es un disco fácil ni inmediato, y la mayoría de las canciones crecen con las sucesivas escuchas, cuando acaban convirtiéndose en imprescindibles compañeras de tardes solitarias.
Cada vez se sentía menos vinculado a Heatmiser
Editado el disco, Elliott vuelve con su banda –Heatmiser– para trabajar en el que sería su tercer LP. ‘Mic City Sons’, sería el primero que iba a ser editado por una discográfica de las ‘grandes’, Virgin. El disco estuvo terminado en marzo de 1996 y, tan pronto como se finalizó, Elliott comenzó una gira en solitario con Mary Lou Lord (otra artista acústica del sello Kill Rock Stars) dejando claro que cada vez se sentía menos vinculado a la banda. El hecho de que el grupo estaba a punto de perder a su miembro más talentoso, no pasó desapercibido para los directivos de Virgin quienes decidieron editar el disco en uno de sus sellos independientes asociados, Caroline Records.
A pesar de todo, la presencia de Elliott en Heatmiser es mucho más patente en este ‘Mic City Sons’ que en ningún otro LP de la banda. De hecho, el disco parece la fusión de dos estilos muy diferenciados, el de Elliott y el de unos Heatmiser, eso sí, mucho más limpios que antaño. La verdad es que es un buen álbum, pero nada comercial. Las canciones de Elliott van desde la agresiva ‘Get Lucky’ a la quasi-mística ‘The Fix Is In’, pasando por la intensidad de ‘Plainclothes Man’ o ‘You Gotta Move’. Sin embargo las mejores aportaciones de Smith al álbum son la excelente ‘See You Later’ y la joya maravillosa que supone ‘Half Right’, la mejor canción que Elliott hizo para el que fuera su grupo. Por otro lado, Neil Gust también aporta algunos buenos temas al disco como ‘Cruel Remider’ y, sobre todo, ‘Pop In G’ , con Elliot a la voz principal, pero obra de Gust.
«Elliott ya estaba trabajando en el que sería su próximo álbum y esto, así como la relación con su novia -la bajista Joanna Bolme-, ocupaban todo su mundo»
Elliott decidió asombrar al mundo con su música
Finalmente ‘Mic City Sons’ se editó en octubre de 1996 obteniendo buenas críticas. Poco después, el grupo inició una serie de conciertos. Todos los miembros de la banda tenían claro que, aquellos, eran sus últimos momentos juntos. Elliott ya estaba trabajando en el que sería su próximo álbum y esto, así como la relación con su novia -la bajista Joanna Bolme-, ocupaban todo su mundo. No hubo una separación oficial, simplemente los miembros del grupo empezaron a dedicarse a otras cosas. Neil Gust formó la banda No.2, Tony Lash se introdujo en el mundo de la producción y Sam Coomes se enroló en Quasi. Elliott, decidió asombrar al mundo con su música.
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Guillermo Mittelbrunn Beltrán