Elliott Smith: Biografía y discografía | El susurro del rock (parte 1)
De Steven a Elliott pasando por Heatmiser
El ‘White Album’ encendió la chispa
Steven Paul Smith nació en Omaha (Nebraska) a principios de agosto de 1969 pero, siendo apenas un bebé, sus padres se separaron y se trasladó a Duncanville (Texas) junto a su madre y su nueva pareja . Mientras su padre se fue a Portland. Twitea éste post o compártelo en Facebook
La afición por la música se despertó muy pronto en el niño gracias, entre otras cosas, a los estímulos de su madre, profesora de música. Sin embargo, fue su padre quien más le influyó en el aspecto musical. “Era muy pequeño, debería tener tres o cuatro años”, recuerda el padre, “me lo había llevado unos días conmigo, a mi casa. Le puse el ‘White Album’ de los Beatles y flipó…, le encantó ‘Rocky Racoon’ tan pronto como la escuchó”. A partir de entonces, el celebérrimo ‘Álbum Blanco’ siempre fue su disco de cabecera y principal fuente de inspiración y motivación para dedicarse a la música. “¿Cómo alguien puede no querer tocar el bajo después de escuchar ‘Helter Skelter’?”, decía un aún impúber Smith.
Piano, clarinete y… guitarra
Con nueve años comienza a tomar clases de piano, y con diez compone una pieza instrumental -‘Fantasy’- para el colegio que gana un premio en el preceptivo festival escolar anual. Muy motivado, un año después se empezó a interesar también por los instrumentos de viento e ingresó en la banda del colegio como clarinetista. Pero fue en su decimosegundo cumpleaños cuando se encontró con la que sería su compañera de por vida. Su padre le regaló una guitarra acústica para su cumpleaños. Había encontrado su instrumento.
Pasaba los días en su habitación, devorando música. “Beatles, Kinks, Big Star… Luego Dylan, Kiss, The Clash, AC/DC, Elvis Costello…, ya sabes. Pasaba los días intentando sacar las canciones de AC/DC y el solo de ‘Starway to Heaven’ que me iban un poco grandes, la verdad”. Los discos eran su mundo y su refugio, especialmente en un momento en el que la relación con su padrastro pasaba por un momento muy complicado. Desafortunadamente, el joven Smith también empezó a coquetear con el alcohol como desesperada vía de escape.
«Su padre fue quien más le influyó en el aspecto musical. Cuando tenía solo 3 o 4 años le puso el ‘White Album’ de los Beatles y flipó…, le encantó ‘Rocky Racoon'»
De Texas a Portland
A los catorce años, decide mudarse a Portland, con su padre. Allí, en el instituto, monta su primer grupo, Stranger Than Fiction. También es en esta época cuando comienza a experimentar con sus composiciones y una grabadora de cuatro pistas… “Realmente con el grupo casi no tocábamos por ahí, nos dedicamos a grabar cintas y cintas”, de hecho, de esta época viene la melodía -que no la letra- de ‘Everybody Cares, Everybody Understands’ que se editaría en su disco de 1998 ‘XO’.
Dos años después -con 16-, toma la decisión de cambiarse el nombre. “Odiaba mi nombre, Steve es ridículo, me parecía un nombre de guaperas de ojos azules y melena rubia…además odiaba que mi nombre y mi apellido empezaran por la misma letra… y me puse Elliott”. Un renovado y rebautizado Elliott Smith se graduó con honores en el instituto y se matriculó en Ciencias Políticas y Filosofía en Hampshire. Allí conoce a Neil Gust y enseguida conectaron. Sus formas de ver la vida y la música eran tan similares que era inevitable que montaran una banda: Heatmiser.
Heatmiser y su primer (y ‘renegado’) disco ‘Dead Air’
El grupo se completó con Tony Lash (batería) y Brandt Peterson (bajo). Elliott y Neil se encargarían de las guitarras, las voces y la composición de las canciones. En 1992 ya están tocando en los locales de Portland y alrededores y, sólo un años después, editan su primer disco ‘Dead Air’ con el sello Frontier Records, que no tuvo ninguna repercusión.
En este álbum debut de la banda, el peso creativo recae especialmente en Neil Gust. La banda está excesivamente influenciada en ese momento por un lado por Fugazi y, por otro, por la incipiente movida grunge. No es nada del otro mundo, aunque no es un mal disco, y Elliott siempre renegó de él.
Te recomendamos otros posts que seguramente te gustarán:
– David Bowie, Lou Reed y Rolling Stones en los 80
– Green Day: ‘Father of All…’ | Wikianálisis canción por canción
– 10 Mejores Discos de la Década 2010-2019
– Pink Floyd: Los Secretos de The Wall
El año de ‘Yellow no.5’ y ‘Cop and Speeder’
En 1994, el grupo edita el EP ‘Yellow no.5′ y su nuevo disco, ‘Cop and Speeder’. En el EP, canciones como ‘Fortune 500‘, ya compuesta por un Elliott que comenzaba a tener más protagonismo en una banda que estaba liderada artísticamente por Neil Gust, muestran una cara mucho más melódica de la banda, sin abandonar su línea postpunk . De hecho, parece que el grupo quisiera compensar el tono mucho más oscuro que iban a presentar al público con su disco ‘Cop and Speeder’, editado casi en paralelo y que comenzó a darle a la banda cierta repercusión en los circuitos independientes.
No obstante, Elliott estaba frustrado en la banda. El estilo y el sonido del grupo estaba alejado del tipo de canciones que él componía, “siempre pasaba lo mismo, llevaba canciones y acababan irreconocibles tras todo ese rock ruidoso. Mola tocar en un grupo, pero estaba interpretando un papel, no me sentía cómodo con todo ese sonido ruidoso. No estaba tocando la música que realmente me gustaba”.
Así que Elliott se dedicaba básicamente a hacer sus demos en casa, en su cuatro pistas, con su guitarra. Hasta que un día, su novia, que además era la manager de Heatmiser, envió una de esas cintas a Christopher Cooper de la discográfica Cavity Search Records. A los pocos días, Elliott recibió una llamada que le pilló por sorpresa: La discográfica quería editar las cintas como álbum, tal como estaban… y accedió, Elliott Smith iba a editar su primer disco: ‘Roman Candle’
«No podía sacar esas canciones de mi cabeza, ponía la cinta continuamente. Esas letras. Había que dejarlas como estaban, en crudo»
Roman Candle, un disco lo-fi
Dentro de esta primera parte de ‘Elliott Smith: Biografía y discografía | El susurro del rock’, hemos preparado un análisis de su primer disco, Roman Candle:
- Roman Candle
- Condor Ave.
- No Name # 1
- No Name # 2
- No Name # 3
- Drive All Over Town
- No Name # 4
- Last Call
- Kiwi Maddog 20/20
Elliott toca los (pocos) instrumentos que aparecen en el disco, salvo el tambor en ‘No name #1’ y ‘Kiwi Maddog’. También está detrás de todas las voces de álbum. Se trata de un disco absolutamente lo-fi, como no podría ser de otra forma dado que nunca estuvo pensado para ser publicado de forma comercial sino como demo casera.
Muchas canciones no tienen ni título. “No podía sacar esas canciones de mi cabeza, ponía la cinta continuamente. Esas letras. Había que dejarlas como estaban, en crudo”, recuerda Christopher Cooper de la discográfica Cavity Search Records, la persona que tomó la decisión de editar un disco grabado en un cuatro pistas por un desconocido en el sótano de su casa.
Elliott Smith – No Name #1 (from Roman Candle) © Kill Rock Stars
‘Apesta’ al ‘White Album’
El disco se abre con la canción que le da título ‘Roman Candle’, un amargo tema dedicado a su padrastro (“Hacía el papel de sí mismo / no necesitaba que le hiciera daño / él podía estar tranquilo / y ser cruel contigo y conmigo / sabía que le toleraríamos todo / Quiero hacerle daño / quiero causarle dolor”) con el que Elliott inaugurará la que será su seña de identidad estilística. Melodías delicadas con un tratamiento más bien clásico combinado con letras francamente duras.
El siguiente tema, ‘Condor Ave‘, lo compuso con dieciséis años y apesta -en el mejor de los sentidos- al ‘White Album’ de los Beatles, como antes decíamos su disco de cabecera. De hecho, es algo parecido a lo que le ocurre a la fantástica y melódica ‘No name #1’, muy influenciada por los de Liverpool del 68 y bonita a más no poder. En ambas canciones y en varias del álbum (y de su discografía), Elliott dobla su propia voz en busca de una sonoridad diferente reproduciendo una técnica que los Beatles utilizaron hasta la saciedad. La siguiente canción sin título, ‘No name #2’, se adentra más en terrenos folk y vuelve a ser un ejercicio musical maravilloso aunque no al nivel de la magnífica ‘No name #3‘, lo mejor del disco junto a la anteriormente citada ‘No name #1’. Una canción sencillamente fantástica:
“El día que se va, observado, sonrojándose en el cielo
Todos están tensos. Entonces, vamos noche…
Todos se han ido. Hogar hacia el olvido
Sé que no somos ilegítimos en nuestro oído
Entonces vamos. Entonces, vamos noche…”
Elliott Smith – No Name #3 (from Roman Candle) © Kill Rock Stars
Un suicidio acústico casero entre el grunge
‘Drive all over town’ es quizás el corte en el que más se nota que el disco no es un producto terminado y no es uno de los momentos álgidos del álbum, sin ser ni mucho menos una mala canción. ‘No name #4‘ recupera el buen tono y los aires folk-whitealbumeros. La enorme ‘Last Call’, es la canción más trabajada del álbum con sus excelentes armonías vocales y unas guitarras eléctricas en disonancia de sus aires country. El disco se cierra con la instrumental ‘Kiwi Maddog 20/20’, perfecta banda sonora para momentos no tan perfectos.
Editado en plena época del grunge y la distorsión, un disco acústico casero era una apuesta suicida, “creía que me cortarían la cabeza en cuanto se publicase el álbum, porque en aquel entonces eso era totalmente contrario a lo grunge que era tan popular. (…) La cuestión es que el álbum fue muy bien recibido, lo cual fue una absoluta sorpresa, y, desgraciadamente, inmediatamente eclipsó a Heatmiser”.
Y Elliott Smith eclipsa Heatmiser
El disco fue muy bien acogido en los circuitos underground y, aún hoy en día, muchos de sus fans defienden que es su mejor trabajo basándose en la autenticidad del sonido que Elliott propone. En mi opinión siendo, que lo es, un buen trabajo, está muy lejos de las maravillas que Smith nos regalaría en años sucesivos. Sea como fuere, lo que está claro es que Elliott comenzó a ser más conocido por su faceta en solitario que por su labor como miembro de Heatmiser, lo que, como no podría ser de otra forma, empezó a generar tensiones en la banda.
Elliott, sin desvincularse de Heatmiser, comienza a realizar algunas pequeñas y modestísimas actuaciones en solitario. El boca-oído de los asistentes a esos pequeños recitales, sigue haciendo que su fama y su popularidad en los circuitos minoritarios especializados crezca como la espuma. La consecuencia era lógica, en primavera de 1995 firma un contrato discográfico con el sello independiente Kill Rock Stars. Ahora comienza lo serio.
Si te ha gustado este post, Elliott Smith: Biografía y discografía | El susurro del rock (parte 1), por favor, no olvides compartirlo. Twitea éste post o compártelo en Facebook
¡Muchas gracias!
Guillermo Mittelbrunn